Dada su importancia para la reducción de la huella de carbono en el transporte y la transición energética, el uso de biocombustibles ha crecido de forma más significativa en los últimos años. Son particularmente relevantes para las industrias que son difíciles de descarbonizar, como el transporte de carga por carretera, así como las industrias marítima y de aviación. Los dos combustibles de origen vegetal más importantes disponibles en la actualidad, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, son el bioetanol y el biodiésel.
¿QUÉ ES EL BIODIESEL?
Actualmente, su uso principal es como una alternativa renovable al diesel de base mineral como combustible para automóviles. Se puede mezclar hasta un 7% de diesel mineral con biodiesel. En particular, las calderas de biodiesel también se pueden utilizar para calefacción doméstica. Se produce a través de una reacción química en la que el aceite y un alcohol interactúan con un catalizador para formar el producto.
Para indicar la cantidad de biodiesel presente en un combustible, se utiliza una nomenclatura compuesta por la letra B y un número que indica la proporción de biodiesel en la mezcla con el diesel derivado del petróleo. Van desde B2, que contiene un 2 % de biodiésel, hasta B100, que es la forma más pura de este biocombustible.